El Greco, cuyo nombre real era Doménikos Theotokópoulos, fue un influyente pintor renacentista y manierista de origen griego que vivió en el siglo XVI.
Nació en Creta, entonces parte de la República de Venecia, en 1541, y más tarde se trasladó a Italia, donde estudió arte y arquitectura en Venecia y Roma.
Sin embargo, fue en España, especialmente en Toledo, donde desarrolló la mayor parte de su obra y alcanzó la cumbre de su carrera artística.
El Greco es conocido por su estilo distintivo, caracterizado por la elongación de las figuras humanas, el uso de colores intensos y la expresividad de sus composiciones. Sus obras a menudo exploran temas religiosos y espirituales, y su estilo único lo hizo reconocible en toda Europa.
Algunas de sus obras más famosas incluyen "El Entierro del Conde de Orgaz", "Vista de Toledo" o "Caballero con la mano en el pecho".
Su influencia en la pintura posterior, especialmente en el arte barroco, es innegable, y su legado perdura en la historia del arte como uno de los pintores más originales y vanguardistas de su tiempo. Es por eso, que en el IV Centenario de su fallecimiento nuestros alumnos han querido rendirle un homenaje.
La obra ha sido seleccionada por la fundación El Greco para su utilización en los eventos conmemorativos del IV Centenario del fallecimiento del pintor.
